Por: Marielena Moncada, Ph.D., coordinadora Cadena de la Leche de Zamorano, Profesora Asociada de Ganado Lechero, Departamento de Ciencia y Producción Agropecuaria.
Hoy en día, el consumidor tiene una mayor conciencia a la hora de elegir los productos alimenticios que consume y considera el bienestar animal como parte de la calidad del alimento (Kjaernes and Keeling, 2009). Es por esto, que el consumidor muestra mayor interés en conocer acerca de los aspectos como: el origen de los alimentos, el respeto y cuidado de los animales destinados a la producción de alimentos, y la sostenibilidad de los productos alimenticios en todas las fases de producción.
La industria alimenticia también ha visto que el tema de bienestar animal puede ser usado para darle un valor agregado al alimento producido (Velarde and Dalmau, 2012)
La leche es un alimento nutritivo muy importante en la alimentación humana. Hay muchos aspectos a considerar para poder tener leche de buena calidad, incluyendo aspectos nutricionales, de manejo, salud animal e higiene en el ordeño (Vélez et al. 2009). Sin embargo, muchas veces obviamos el bienestar animal.
Malas condiciones de alojamiento podrían provocar problemas en el bienestar animal (Albright and Arave, 2002). En general, una vaca con un comportamiento diario óptimo debe pasar comiendo de 3 a 5 horas al día, consumiendo entre 9 y 14 comidas diarias. Debe dedicar de 7 a 10 horas a la rumia, 30 minutos al día para beber agua, un aproximado de 10 horas al día de reposo y de 2 a 3 horas al ordeño (Grant and Albright 2001).
Cuando se produce un cambio biológico o ambiental significativo en la vaca, se pone en riesgo la comodidad y la salud del animal, lo que quiere decir que la presencia o ausencia de estrés es un indicador del bienestar animal (Phillips, 2002). Los principales factores que pueden afectar al bovino son los cambios ambientales como la temperatura y la humedad, el régimen de vida como instalaciones precarias y el hacinamiento, el manejo como en el caso del transporte, la nutrición como el hambre y la sed, las enfermedades y los factores quirúrgicos (Odeón and Romera 2017). Además de perturbar el bienestar de los animales, el estrés afecta al sistema inmune y vuelve al animal más susceptible a enfermedades, reduce la ingesta del alimento, entre otros. Por lo tanto, el impacto que puede llegar a ocasionar el estrés sobre la producción, la reproducción y la salud es fuerte y amplio (Tucker et al. 2020).
Es por eso que debemos observar el comportamiento de las vacas. Cuando ellas expresan un comportamiento normal, ese es el principal indicador de bienestar animal. Si estamos proveyendo bienestar animal, estarán libres de estrés y producirán más leche y de mejor calidad, porque entre mejor esté la vaca, mejor será su leche.
¿Quieres ver la investigación completa? clic aquí https://www.zamorano.edu/2021/06/01/produccion-de-leche-y-bienestar-animal/
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